Duermen.
Todos duermen, ahora,
Y yo aquí,
En el desvelo de un salón alumbrado por dos bombillas,
Que se reflejan en el televisor,
Y dibujan patrones geométricos,
Y de colores.
No tengo palabras,
Más palabras.
Mi carácter tuerce un sesgo de entera disposición,
A lo que llega del sonido de los coches de la calle,
Que ya se preparan para salir ahí,
Ahí, al exterior,
Dónde hoy, todo el mundo, se dispone,
A emprender la jornada.
No sé, ni puedo saber lo que me espera,
o esperará hoy.
Seguramente más y más,
Dibujos y pinturas, de colores,
Pero que ahora, no acierto a emprender,
Con mi bolígrafo, o lápiz.
Las acuarelas las guardo en algún lugar,
Que no recuerdo tampoco,
Están los pinceles aquí,
Azules, rojos, verdes, y el ocre,
Pero no caben más cosas en las alforjas,
Las cosas pesan, porque pesan.
Se caen, porque se caen.
Respiro hondo, y desayuno,
El sacapuntas y las arcillas,
todo sigue intacto,
Parecen como figuras hieráticas,
Que me estuviesen diciendo,
¡Eres tú, TÚ, Jacobo, que no caben
Los papeles, más papeles,
Folios, libros,
Se agolpan miles de líneas, de libros ya leídos,
Y me asusta lo que no me sé!.
Pero no puedo recordar en un segundo, todo,
Y de una vez.
Tal vez dentro de un rato, o cuando termine el día,
Salga a acompañarnos algún fenómeno celeste,
Que me sorprenda, como a menudo lo hace mi mirada,
Cuando la dirijo al cielo,
A las nubes, o la luna,
Y calculo,
Y estimo, el tiempo de hoy.
El día empieza, y aquí estamos,
Aún bien.
Cualquier cosa puede pasar AHORA, en éste mismo instante,
O dentro de un rato de camino
Al deber diario..
Valga la poesía para afianzarse en lo que llegue, o esté por venir.
Jacobo.